Nueva York es una ciudad que con pandemia o sin ella no deja de sorprendernos con actividades diferentes e innovadoras y una de ellas es “The Inmersive van Gogh”, una espectacular exhibición interactiva que tiene como protagonista al genial pintor francés a través de la proyección de sus obras en más 150,000 metros cúbicos de paredes y donde el visitante es literalmente atrapado por cada uno de sus famosos cuadros.
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En momentos como los que vivimos, hay iniciativas que merecen ser difundidas, principalmente por qué nos sacan unas horas del mundo real y de la rutina; y nos dan la oportunidad de respirar y desconectarnos a través del arte. Esta vez nos referimos a “The Inmersive van Gogh” o “Inmersión a Van Gogh” que abrió el pasado 10 de junio en el Pier 36 a pocas cuadra del puente de Williamsburg.
En esta exhibición se muestra el frenético trabajo de Vincent van Gogh (1853-1890) proyectado en gigantescas paredes con el fondo musical de artistas como Imogen Heap-1977, la inmortal Edith Piaf (1915-1963), el tenor Thom Yorke-1968 y el pianista Luca Longobardi-1976.
La exhibición no es la primera vez que se presenta y ya ha maravillado a multitudes en Chicago, Toronto, San Francisco y ha vendido más de 1.5 millones de tickets: y la verdad después de visitarla es muy sencillo entender porque, ya que es como si uno formara parte de alguno de los cuadros y mágicamente estuviera al interior de por ejemplo “La noche estrellada”, “Los girasoles” o “Los lirios”.
La exhibición tiene más de 152,000 metros cúbicos de proyecciones animadas, convirtiéndola en la más grande y más elaborada exhibición que del genial pintor francés se ha realizado en el mundo, obra de David Korins-1976, que ha sido galardonado en el pasado por la puesta en escena de musicales en Broadway como "Hamilton"-2015 o "Dear Evan Hansen"-2015.
Korins ha trabajado de la mano de Massimiliano Siccardi, el Director Artístico Vittorio Guidotti y los curadores Corey Ross, Svetlana Dvoretsky e Irina Shabshis para crear está alucinante puesta en escena donde el objetivo es que el visitante conecte con el pintor francés de una manera que jamás pudo haber imaginado, sintiendo por momentos que llega a entender perfectamente las motivaciones del pintor para crear alguna de sus magistrales obras, ya que no solo las paredes son utilizadas para la proyección sino que los cuerpos de los visitantes sirven de pantallas vivientes y esto hace que la experiencia sea realmente muy especial, así lo han expresado alguno de los visitantes: “es como vivir dentro de un cuadro” han expresado.
La visita tiene una duración de una hora, tiempo más que perfecto para disfrutar de la exhibición y conectar con el pintor; además en lobby se ha dispuesto una escultura denominada “Cartas de Vincent” donde se le puede escribir al pintor y obtener una respuesta que llega al teléfono, también hay un inmenso auto retrato del pintor, una versión abstracta de “La noche estrellada” elaborada con 7,500 brochas con pinturas, y una aplicación que se puede instalar en el teléfono que es una “galería de bolsillo” donde puedes llevarte las obras de van Gogh a casa e inclusive si se desea imprimirlas y colgarlas.
Se ha pensado en todo para que la exhibición permita conocer al pintor en toda su extensión y es una manera muy creativa para que niños y jóvenes tengan una aproximación al arte de una manera más interactiva que la que los museos tradicionales presentan.
Al leer esta crónica es muy probable que surja la siguiente pregunta: ¿porqué se escogió a van Gogh para ser el centro de esta espectacular exhibición? La respuesta nos la da David Korins, responsable de la muestra: “la obra del Vincent van Gogh tenía las condiciones perfectas para una exhibición de este tipo, tanto por las características de su obras como por los vívidos colores que muchos de sus cuadros tienen, si bien es cierto van Gogh paso al más allá hace 131 años, sigue siendo muy actual y su obra está más vigente que nunca, además durante su tiempo fue una especie de paria, hombre solitario y marginado por los círculos artísticos de su época: era el artista perfecto para ser el protagonismo de algo así por muchas y variadas razones”.
Si está en Nueva York, además de visitar los clásicos museos, dese un tiempo para visitar una exhibición de este tipo, saldrá alucinado y evidentemente convirtiéndose en un rendido seguidor de van Gogh, al cual con seguridad empezará a llamar Vincent, porque empezará a sentir que son amigos.