Un innovador tomatodo se viste de etiqueta
1 de febrero 2024
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Para todas las categorías de productos siempre existe una versión económica y una de lujo, y eso no es la excepción con los tomatodos, esos sencillos de plástico, que se ven por todas partes.
Conozca la historia de Swell que encontró una oportunidad de mercado lanzando una versión de alta gama de un producto muy básico, sencillo, y lo convirtió en todo un fenómeno, con características muy especiales, que los diferencias de los comunes y corrientes.
Para todas las categorías de productos siempre existe una versión económica y una de lujo, piensen por un instante en cualquier producto e inmediatamente vendrán a su mente las dos versiones. Donde no hay una de las dos versiones alguien se encargará finalmente de inventarla y lanzarla al mercado.
Piense por un instante en algo tan sencillo y básico como un tomatodo, ese envase de plástico para llevar agua durante el día. Durante años los consumidores han utilizado opciones sencillas, de plástico en diferentes formas y tamaños, de colores variados, muy económicos, o en algunos casos regalados como parte de alguna campaña de “merchandising”.
Nadie podría imaginar que en esta categoría irrumpiera en el mercado una versión top por tratarse de un producto básico y sencillo, finalmente se trata de sólo un contenedor de agua; pero sucedió y hoy existe una versión de alta gama. Se trata de Swell la marca de tomatodo que hoy ofrece no sólo una excelente calidad sino todo un estilo. Conozcamos la historia.
En el 2010 Sarah Kauss, ejecutiva de Ernst & Young, se le ocurrió la idea de crear una botella para llevar agua durante el día con más estilo y practicidad de las que existían en el mercado, cansada de llevar en la mano un vaso plástico con su cañita o versiones similares, cero prácticas y que desentonaban con su “look” ejecutivo.
Con esta idea creó Swell una botella de diseño, de acero inoxidable que mantenía el calor o el frío. Lo curioso del producto, ya que contenedores metálicos existían en el mercado desde hacía muchos años, era la forma y los colores. Sarah Kauss decidió que Swell debía ser mucho más que un contenedor para llevar agua y lo catapultó a la categoría de accesorio, como si se tratara de una cartera o un protector de smart phone. Lanzó varios colores y tres tamaños diferentes, 9, 17 y 25 onzas, a precios entre los $25 y los $45 por botella. Nada económico para un producto que en sus versiones de plástico pueden costar en promedio $4.
La promesa de Swell no sólo es de estilo sino también tecnológica, ya que la botella conserva el frío por 24 horas y el calor por 12. ¿Qué más se le puede pedir a un envase? No sólo tiene estilo sino que su función principal es decir la de contener y proteger el líquido es superior respecto de las versiones existentes en el mercado.
Ni bien el producto fue lanzado al mercado, Sarah Kauss empezó a recibir pedidos de muchos minoristas en Estados Unidos, pero ella decidió que Swell fuera sólo distribuido en las más elegantes o modernas cadenas de retail. Así el producto sólo podía ser encontrado en Neiman Marcus, Bloogmindales y J Crew.
La marca se define como un accesorio más que un producto utilitario. ¿El éxito? Atención a los detalles y la variedad de opciones. ¿Un ejemplo? 18 meses se tardaron en llegar al acabado que asemeja a la madera. Swell ofrece hasta 100 opciones diferentes de color. La marca lanza 4 colecciones al año, como si se tratara de una marca de moda, porque en realidad eso es lo que pretenden ser. La idea es que las personas compren varias botellas para que combinen con sus atuendos.
Swell se ha convertido en la botella de agua para ser visto y es un producto hoy definido como “trendy”. Las personas se sienten satisfechas de llevar con ellas una botella Swell y la perciben como parte de su personalidad e identidad. Es por eso que existen infinidad de versiones para todas las edades, gustos y ocasiones.
En el 2023 la Empresa facturó $3.5 millones de dólares lo cual es mucho si pensamos que se trata de un producto cuyas versiones más básicas son muy económicas. Se calcula que desde su lanzamiento hasta la fecha la marca ha vendido ya 8 millones de botellas.
Swell es la muestra que un producto innovador y con personalidad puede surgir de productos tan básicos y ordinarios como los tomatodos. Es cuestión de estar alertas y pensar donde esta la próxima oportunidad.