Fue en el Dolby Theater en Los Ángeles el año pasado donde se llevó a cabo la 94.ª ceremonia de los Premios Oscar, y donde también ocurrió la no menos famosa cachetada que Will Smith-1968 le propinó a Chris Rock-1965 y que eclipsó todo lo que sucedió esa noche. Este año los Oscars vuelven por segunda vez consecutiva al Dolby Theatre, y se espera no hayan cachetadas ni golpes, pero si muchas estatuillas, las que después de 95 años siguen siendo una marca poderosa y que resume el mayor reconocimiento que un actor o actriz puede esperar.

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Además de la gloria y reconocimento que otorga a los ganadores, el Oscar como marca es tanto o más importante, ya que desde su primera entrega en 1929 se ha logrado posicionar alrededor del mundo “como el máximo premio de la industria cinematográfica”, al punto que si uno pregunta de manera aleatoria a cualquier persona: “mencione usted premios en el cine”, con seguridad la respuesta será Oscar. Es cierto que existen los Globo de Oro, los People Choice Awards, el Festival de Cannes, y muchos otros más pero ninguno tiene el peso de marca que el Oscar tiene.  

No es un secreto que la estatuilla más famosa del cine fue creada en 1928 por el escenógrafo de la Metro Goldwyn Mayer, Cedric Gibbons (1893-1960) y existe la leyenda urbana que el actor y director mexicano Emilio Fernández (1904-1986) popularmente conocido como “El Indio Fernández” posó desnudo para dibujar el boceto. El nombre de Oscar fue acuñado por la bibliotecaria de la Academia de las Artes Cine y las Ciencias Cinematográficas Margaret Herrick (1902-1976), cuando mencionó que el hombre de la estatuilla, se parecía a su tío Oscar…una marca había nacido.

La manera de elaborar la estatuilla no ha sufrido muchas modificaciones desde su creación. El escultor George Stanley diseñó la estatuilla en arcilla y Sachin Smith la fundió con un 92,5% de estaño y un 7,5% de cobre bañado en oro. La única modificación aplicada a la estatuilla desde su creación es un cambio menor en su base metálica. 

El molde original del Oscar fue elaborado en 1928 en la Fundición C.W. Shumway & Sons en Batavia, Illinois, de donde también han salido los moldes para las estatuillas del trofeo Vince Lombardi y para los Emmy. Desde 1983 hasta el 2016, las estatuillas (unas 50 por edición) se fabricaban R.S. Owens & Company, ubicada en Chicago, pero a partir del 2016 se fabrican en Polich Tallix, en Nueva York que a diferencia de sus antecesores fabricaron el molde con una impresora 3D, para luego hacer un molde de goma.

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Cada paso de la fabricación del Oscar se realiza en Polich Tallix, excepto el baño de oro. Las estatuillas se envían a Epner Technology en Brooklyn, donde se bañan en oro de 24 quilates que es significativamente más fuerte que el oro puro que se usó en años anteriores. La estatuilla es una esbelta figura dorada de 33,2 centímetros de alto y 4.3 kilos de peso y tiene un baño de oro de 24 quilates.

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​La compañía aporta una garantía de por vida para la capa de oro que recubre cada premio. "Garantizamos que nuestra capa de oro nunca se perderá, es por ello que nunca se tendrá que hacer valer la garantía", declaró en su día el creador de la empresa.

¿Cuánto vale un premio Oscar? El precio de cada uno de los galardones contrariamente a lo que la gran mayoría podría suponer, es de solo $1.00 dólar, y es que la la Academia instauró en la década de los cincuenta, una ley en la que prohibía al fabricante vender las estatuillas, salvo las que se hacen para la ceremonia cada año, con penalidades de incumplimiento millonarias.

Otra de las salvaguardas de la Academia tiene es que en el hipotético caso que alguno de los ganadores persona deshacerse de uno de los galardones no podrá venderlo y lo tendrá que devolver a la Academia por ese módico precio. Con esto se evita que las estatuillas se puedan comercializar en mercados paralelos, ya que por lo que representan el valor es incalculable y así se evitan las tentaciones.

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Hoy una vez más, serán muchos los nominados y pocos los ganadores. Aquéllos que tengan la gloria de recibir una estatuilla, además del reconocimiento, saben que tienen entre sus manos una marca de un valor incalculable, creada a pulso hace ya casi 100 años y que representa las maravillosas millones de horas de diversión y entretenimiento que el cine le ha dado a la humanidad.