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Rachel Trevor - Morgan perdió su mejor cliente
12 de septiembre de 2022
Tiempo de lectura: 3 minutos
Los que han seguido a través de los años el estilo de la hoy desaparecida reina Isabel II, han llegado a calcular que utilizó durante su reinado 5,000 sombreros diferentes; convirtiendo este accesorio en una pieza imprescindible para cualquiera de sus muy coloridos outfits y es que los sombreros eran como un sello personal que la definía, una especie de “corona sustituta” que le otorgaba un carácter especial, que ella siempre se preocupó por proyectar. Si bien la reina utilizó a lo largo de su vida sombreros provenientes de encumbrados talleres, los últimos 30 utilizó los fabricados por la diseñadora Rachel Trevor-Morgan, que hoy lamenta la partida de la reina, quién fue también su mejor clienta.
Por más de treinta años, Rachel Trevor-Morgan ha sido la principal proveedora de sombreros de la Casa Real Británica. Sus coloridas y sublimes creaciones han adornado las cabezas de los más importantes miembros de la familia real para una variedad muy diversa de ocasiones; desde matrimonios, competencias hípicas, pasando por inauguraciones y conmemoraciones, e inclusive funerales. Pero de todas las personas que han utilizado sus muy cotizados sombreros, de lejos la hoy desaparecida reina Isabel II ha sido la principal clienta y de paso la mejor carta de presentación que la marca ha tenido a través de los años; al punto de no necesitar publicidad alguna, ya que bastaba ver a la reina en un evento para reconocer que el sombrero provenía de los talleres de Trevor-Morgan.
Como muchos otros negocios, Trevor-Morgan ha vivido épocas de bonanza, pero también difíciles momentos. La pandemia casi los hace desaparecer, ya que al suspenderse los eventos públicos ¿quién necesitaba de sombreros?; apenas las medidas de aislamiento se flexibilizaron, los pedidos nuevamente empezaron a llegar, principalmente de la Casa Real Británica, porque la reina volvió a cruzar las rejas de Buckingham Palace para salir al mundo exterior; y necesitaba de sus sombreros para transmitir una imagen de tranquilidad al pueblo. Era una especie de símbolo que todo volvía a la normalidad.
Rachel Trevor-Morgan comentó hace un año, que ni bien la reina volvió a lucir sus sombreros, el taller no ha dejado de trabajar intensamente, iniciando operaciones muy temprano y cerrando a altas horas de la noche, ya que eran muchas las clientas que emulando a la soberana, deseaban utilizar creaciones similares.
La reputación que a través de los años se ha ganado este pequeño taller está basada en el trabajo artesanal, donde la frase "producción en serie" está prohibida, ya que cada sombrero es único en sí mismo, una pequeña obra de arte fabricada por las manos diestras de artesanos que trabajan para la marca desde hace décadas, dominando cada una de las fases del proceso: desde moldear el mimbre o la seda en hormas de madera, pasando por el prensado, costura y luego la fijación de los accesorios y adornos, que pueden ser delicadas flores de seda u organza, sofisticadas plumas o intrincadas aplicaciones confeccionadas de tul.
La historia de Rachel Trevor-Morgan, es una de esfuerzo, ya que no nació en cuna de oro, todo lo contrario, ella es la hija de una típica familia de clase media de un pequeño pueblo que no llega a los 60,000 habitantes, llamado en Stourbridge en el centro de Inglaterra.
Su pasión por los sombreros viene de cuando era niña y observaba a su madre utilizarlos para ir los domingos a la iglesia del pueblo, y es así que llega a la conclusión que quería fabricarlos. Muy joven -a mediados de los ochenta-, parte a Londres con la finalidad de hacer realidad sus sueños consiguiendo trabajo como aprendiz con dos de los más experimentados maestros sombrereros: primero ingresa al taller de Graham Smith y luego donde Phillip Sommervile. Luego de 6 años de arduo trabajo y aprendizaje, Rachel decide que es momento de volar por su cuenta.
En 1990 abre un muy pequeño taller. Empezó vendiendo sus sombreros en mercados itinerantes, pero pronto tiendas departamentales como Fortnum & Mason; Harrods y Selfridges se dieron cuenta de su talento y la calidad del producto y los pedidos empezaron a llegar, al punto que Rachel tuvo que rentar un nuevo taller, encontrando el lugar perfecto en un antiguo estudio de un edificio del siglo XVII en la calle de St James. No pasó mucho tiempo para que la Casa Real la descubriera y pronto la reina Isabel II solo mandaba hacer sus sombreros con ella. En 1998 el periódico The Times ya la tenía en la lista de los mejores sombrereros de Londres, una lista a la que solo marcas con mucha tradición podían aspirar llegar.
La base del éxito de Rachel Trevor-Morgan ha sido no apartarse de los métodos artesanales para la fabricación de sus sombreros, y la supervisión estricta de cada una de las etapas; pero también entender las necesidades de los clientes, llegando por ejemplo a replicar en los sombreros los diseños florales de algún vestido con la idea de crear el efecto integral perfecto. Su talento y profesionalismo le ganó ser merecedora en el 2014 del codiciado Royal Warrant of Appointment, que concede la Casa Real a las marcas que les brindan productos y de las cuáles están muy satisfechos.
La partida de la reina Isabel II ha causado en Rachel Trevor- Morgan una gran pena, y así lo ha comentado “ha sido un honor y una maravillosa aventura servir a la reina, desarrollar cada uno de los sombreros que nos encargó cuando vivía fue algo que recordaremos por siempre, fuimos muchos los que participamos en la elaboración, un trabajo que se iniciaba cuando nos llegaba el boceto del vestido que la reina usaría, de las manos de su diseñador Stewart Parvin. A partir del vestido se diseñaba el sombrero, tomando en cuenta también el color del abrigo en invierno…era un proceso fascinante pero a la vez agotador , algo que con seguridad extrañaremos…haber ayudado a crear un estilo para su majestad es algo de lo que siempre estaremos orgullosos”.
Rachel Trevor-Morgan inicia hoy una nueva etapa, en la que con seguridad seguirá vistiendo a la Casa Real, y en especial a la reina consorte, Camila Parker Bowles -1947, que también es amante de los sombreros y a la princesa de Gales, Kate Middleton - 1982.
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