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Manolo Blahnik; culto por los zapatos
10 de febrero 2022
Tiempo de lectura: 2 minutos
Empezó fabricando con las platinas de las envolturas de los chocolates, zapatos para las lagartijas del jardín de su casa en las Islas Canarias. Terminó convirtiéndose en el diseñador de calzado más influyente del mundo. Todo esto se logró porque los zapatos para Manolo Blahnik son prácticamente una religión.
Sex and the City-1998 y luego las dos películas del mismo nombre, convirtieron a Carrie Bradshaw -el personaje interpretado por Sarah Jessica Parker-1965-, en un ícono mundial de la moda, el estilo y todo lo que la elegancia neoyorquina representa. A lo largo de las 6 temporadas que duró la serie, vimos a Carrie recorrer las calles de la “Gran Manzana” en busca del amor de Mr. Big vestida de pies a cabeza por los más afamados diseñadores; y principalmente los pies, ya que el personaje se encargó de gritarle al mundo que tenía debilidad por los zapatos, en especial por los diseñados por Manolo Blahnik-1942.
La debilidad de Carrie por los zapatos de Blahnik, queda claramente expuesta en la escena más importante de la película de Sex And The City-2008 -que se ha convertido en un símbolo del cine romántico de Hollywood-, cuando después de mil y un desencuentros, Mr. Big decide pedirle matrimonio y al no tener un anillo de brillantes a la mano, lo hace poniéndole en los pies, un par de stilettos de Blahnik color azulino, que como si se tratara de una joya valiosísima, fue la manera perfecta de sellar el compromiso.
Para el momento de la película, Manolo Blahnik ya era un diseñador muy conocido pero dentro de una elite muy específica; sus zapatos calzaban desde hacía muchos años los pies de celebridades, actrices y miembros de la realeza europea; pero Sex and the City le otorgó notoriedad mundial, y lo aproximó a un segmento que no lo conocía. Sus diseños se convirtieron prácticamente en objetos de culto, llenos de fascinación y magia.
La gente empezó a preguntarse ¿quién era la persona atrás de los zapatos de Carrie Bradshaw? y poco a poco se fueron enterando que la fama de este diseñador nacido en Santa Cruz de la Palma- Islas Canarias en la década de los cuarenta del siglo pasado, no era producto de un éxito cinematográfico y que detrás de su nombre había una historia de muchos años esfuerzo, talento y pasión por el trabajo.
Manolo Blahnik creció en el seno de una familia acomodada. El padre nacido en la desaparecida Checoslovaquia, era dueño de plantaciones plataneras en la isla y la madre española de pura sepa era de esas mujeres consagradas a la casa, Blahnik siempre ha declarado “mi madre nos hizo crecer rodeados de objetos hermosos, tenía un gusto exquisito".
Blahnik cuenta que desde que se acuerda vivía fascinado por los pies y los zapatos. Desde niño empezó a desarrollar ese talento que años más tarde lo convertirían en el más importante diseñador de calzado del mundo; “era tanta mi obsesión por los zapatos que con las envolturas de papel de aluminio de los chocolates me sentaba a fabricarle zapatos a las lagartijas de mi jardín”...confesó alguna vez en una entrevista.
La escuela, la adolescencia y el hecho de sentirse muy diferente a los demás chicos en un lugar tan tradicional como Santa Cruz de la Palma, lo hizo olvidarse por unos años de su fascinación por los zapatos. Sus padres querían que fuera diplomático y decidieron que partiera a Suiza a estudiar política y leyes; Blahnik no estaba muy convencido, pero vio en el viaje un pasaporte a la libertad. Ya instalado en Suiza llegó a la conclusión que lo suyo no eran las letras y así solicitó su traslado a la Facultad de Arquitectura, pero esto solo duró un año, ya que parte a París para estudiar en la École des Beaux-Arts del Museo Louvre. Para financiar sus gastos, consiguió trabajo en una boutique de ropa vintage.
Blahnik se introdujo rápidamente en la movida cultural de París y es así que conoce a quién se convertiría en una de sus mejores amigas: Paloma Picasso-1949 -hija del genial pintor Pablo Picasso (1881–1973)-, Blahnik y Paloma se hicieron inseparables y es a través de ella que Blahnik conoció a Diana Vreeland (1903–1889) la icónica editora de la revista Vogue en su edición norteamericana; era lo que hoy es Anna Wintour-1942.
Blahnik viajo a Nueva York y una tarde lluviosa se reunió con Vreeland, y le mostró a la implacable editora algunos de sus diseños; básicamente vestidos de noche y zapatos. Vreeland con su peculiar estilo le dijo categóricamente: “deja de estar diseñando vestiditos, lo tuyo son los zapatos”. Las palabras de "la sacerdotisa de la moda" fueron como un credo indiscutible para el joven Blahnik, y es en ese momento que tomó una decisión: "se dedicaría a hacer lo que más amaba: zapatos".
Con un objetivo claro, Manolo Blahnik viajó a Italia para aprender el arte de fabricar calzado; recorrió decenas de fábricas y se entrevistó con más de un centenar de artesanos; quería aprenderlo todo. En 1969 toma la gran decisión de mudarse a Londres - la ciudad que por ese entonces dictaba la moda mundial -; para mantenerse, trabajó como vendedor en diversas tiendas de moda y es así que en 1972 a través de un amigo en común conoce a Ossie Clark (1942–1996) -uno de los grandes representantes del diseño británico-; Clark descubre el talento de Manolo Blahnik y le pide le diseñe y fabrique los zapatos para una de sus colecciones. Es en ese momento donde su talento es descubierto por las mas afamadas celebrities de la época: Bianca Jagger-1945, esposa de Mick Jagger-1943 y las modelos Twiggy-1949 y Penelope Tree-1949, ellas caen rendidas por sus diseños, y lo demás fue como un efecto dominó.
Es en esa misma época que Anna Wintour-1949, -actual editora de la revista Vogue en su edición norteamericana- conoce a Blahnik y desde ese momento no ha dejado de utilizar sus diseños, al punto que hoy es la única marca que utiliza, y lo más curioso es que usa siempre el mismo modelo en el mismo color, unas sandalias con tiras en color nude.
En 1973 y con mucho esfuerzo Manolo Blahnik inaugura su primera tienda en la exclusiva zona de Chelsea en Londres. No tardó en ganarse una leal clientela, no solo conformada por celebrities, sino por mujeres de la alta sociedad londinense. Su talento no tardó en ser reconocido por la revista de modas más influyente del mundo Vogue; Manolo Blahnik fue carátula de la revista en 1974 junto con la actriz Anjelica Huston-1951. No tardó mucho tiempo en cruzar “el gran charco”, y en 1977 sus zapatos llegaron Bloogmindales, la Tienda Departamental. Para 1979 abría su primera tienda en Nueva York en pleno corazón de Madison Avenue.
Han pasado casi cincuenta años desde que éste tímido y creativo diseñador canario abrió su primera tienda en Londres; hoy la marca Manolo Blahnik opera directamente 20 tiendas ubicadas en las principales ciudades del mundo, pero los productos se venden en más de 300 puntos, básicamente en corners de las más exclusivas tiendas departamentales.
Manolo Blahnik siempre ha mantenido el negocio como uno de tipo familiar y si bien él es la cabeza creativa de la organización, desde el 2013 la CEO su sobrina Kristina Hulsebus Blahnik-1974 -hija de su hermana Evangelina-, y es ella quien tiene a su cargo la expansión mundial de la marca.
A pesar del crecimiento, la fama y la globalización, Manolo Blahnik ha mantenido esa característica única de no seguir modas, él es quién las crea. Sus zapatos marcan tendencia y son otros los que se inspiran en ellos ya que sus diseños son en esencia únicos, especiales, sofisticados y atemporales; combinando creatividad con una calidad insuperable y es que Blahnik es en esencia un artesano. Las exquisitas hormas y tacones que crea para sus zapatos son perfeccionados con sus propias manos, cuyas líneas y siluetas le dan el toque distintivo a sus zapatos, siendo reconocibles al instante.
Cada día, como si se tratara de una rutina muy estudiada, Blahnik se sienta en su mesa de trabajo a dibujar nuevos estilos, cuya rigurosa fabricación luego supervisa de cerca en la fábrica que tienen Italia, donde -como si se tratara de un doctor-, se pasea con una bata blanca y un pañuelo de seda en el bolsillo, cuidando que cada zapato sea una obra de arte y haciendo realidad un sueño, que empezó muchos años atrás cuando le fabricaba zapatos a las lagartijas.
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