El cuadro La Joven de la Perla es una de las obras más famosas del pintor Johannes Vermeer de Delft (1632-1675), que se calcula la pintó alrededor del año 1665. También se le conoce como Muchacha con Turbante o inclusive La Mona Lisa Holandesa. La obra no solo ha ganado notoriedad gracias a su belleza expresiva y la perfección de la técnica, sino por el misterio que envuelve la identidad de la modelo, al punto de ser motivo de inspiración para una novela y una película. que la escritora norteamericana Tracy Chevalier-1962, escribiera una novela, y en el 2003 se filmara una película.

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La imagen de la misteriosa joven ha generado durante años encendidas polémicas y su imagen ha motivado la fabricación de muchos productos. Es como si de pronto la modelo del siglo XVII se hubiera convertido en un estrella de arte pop, como Marilyn Monroe, Elvis Preysler o Andy Warhol, y es que  hoy existen camisetas, bolsos, rompecabezas, lápices, es decir toda una industria que gira alrededor de la pintura.

Pero vamos por partes: para empezar hablemos del pintor ¿quién era Vermeer? pues era originario del pueblo de Delft en los Países Bajos, y uno de los grandes representantes de lo que se ha denominado La Edad de Oro Neerlandesa. A Vermeer se le puede identificar por obras en las que retrata escenas de la vida cotidiana de su pueblo, con una características, sus pinturas tienen un solo protagonista. Retrató principalmente mujeres y así lo reflejan sus dos principales obras, La Joven de la Perla-1665, y La Lechera-1660.

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De la vida de Vermeer no se sabe mucho, salvo que no era rico -mejor dicho todo lo contario-  y que para sobrevivir y mantener a su numerosa familia (para colmo de males tuvo 11 hijos), utilizaba su casa como pensión, donde alquilaba cuartos a viajeros y ofrecía sencilla comida caliente, el pintor tenía algo similar a los modernos Bed and Breakfast pero hace 500 años. Desafortunadamente en esa época no había nada parecido a Airbnb y la familia las veía negras para subsistir. A pesar de las dificultades Vermeer se las ingeniaba para tener tiempo libre para pintar, pasión que era auspiciada por mecenas, que se dieron cuenta de su talento.

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A pesar de sus habilidades, la pintura nunca generó los ingresos necesarios para que él y su familia tuvieran una vida desahogada. Murió joven (a los 43 años) y pobre dejando solo deudas y una viuda desesperada, que tuvo que renunciar a su herencia para afrontar a los acreedores.

Volvamos al cuadro: La Joven de la Perla fue pintado con la técnica de óleo sobre tela, y no vayan a pensar que sus dimensiones son gigantescas; apenas mide 46,5 cm de alto por 40 cm de ancho. La pintura representa el busto de una joven, donde el cuerpo aparece de perfil, mientras la cabeza se ladea suavemente (cabeza y hombros) con la mirada orientada al espectador. Los rasgos de la joven son caucásicos: la piel muy blanca, ojos grandes, muy claros y la nariz fina. Como la Mona Lisa, pareciera que la joven no tuviera cejas. En cambio, sus labios se muestran entreabiertos y relajados, carnosos, húmedos y brillantes. 

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El aspecto europeo de la joven contrasta con la vestimenta: lleva un turbante oriental de colores azul y amarillo y una chaqueta exótica en tonos ocres. En aquélla época era muy poco común que las mujeres usaran turbantes de estilo turco, lo más probable es que Vermeer haya proporcionado a la modelo con este accesorio. En el medio de todo este conjunto, la atención se dirige al pendiente, que durante muchos años se aseguró era una perla, pero en 1995 el investigador Vincent Icke-1946 concluyó que las dimensiones y el brillo no corresponden al verdadero aspecto de una perla, y que más bien se trata de un pendiente de metal en forma de lágrima, probablemente hecho en plata o estaño. Lo importante es que el accesorio crea una ilusión visual, ya que podría o no ser una perla. 

Al terminar el trabajo la pintura fue entregada a uno de sus mecenas, que lo tuvo colgado en casa hasta su muerte, luego el cuadro pasó a las manos de una de sus hijas y es en ese momento que del cuadro no se volvió a saber nada, y estuvo “perdido” durante dos siglos. En 1881 la obra apareció en una subasta en La Haya, y fue adquirido por Andries des Tombe (1816-1902), oficial de la armada holandesa y coleccionista de arte, que lo adquirió un poco sin ganas y solo para evitar que la pintura dejara el país, pagó por ella dos florines, lo que  hoy equivale a un dólar, y es que el cuadro estaba en muy mal estado y la realidad es que a nadie llamó la atención. La pintura fue restaurada y emergió el talento de Vermeer, al morir des Tombe el lienzo fue donado a la Galería Real de Pinturas Mauritshuis en La Haya y es su hogar desde 1902.

Hasta allí todo muy bien, pero lo que usted con seguridad querrá saber quién es la joven, pues aquí empieza lo bueno, porque a este respecto hay varias teorías: la primera y más aceptada hasta el momento es que la modelo realmente era un tronie, es decir personas que posaban para los cuadros sin el deseo de ser identificadas, y es que en este tipo de pintura se utilizaba como base un modelo anónimo, y luego se exageraban y perfeccionaban los rasgos, era un poco lo que hace el actual Photoshop, o los filtros de Instagram, que mejoran las imperfecciones y cambian las facciones. 

Otra de las teorías dice que la modelo era una empleada doméstica que trabajaba para Vermeer (si el pintor era pobre, la joven no queremos imaginar). Esta versión fue muy popular durante años, al punto que inspiró a la escritora Tracy Chevalier a recrear en la novela La Joven del Turbante-1999, la vida de esta sirvienta en el Delft del siglo XVII. La novela se convirtió en un suceso editorial y no pasó mucho tiempo para que Hollywood hiciera una película, bajó la dirección del inglés Peter Webber-1960, teniendo como protagonistas a los ganadores del Oscar; Scarlet Johansson-1984 en el papel de La Joven de la Perla y Colin Firth-1960 como Johannes Vermeer.

La tercera teoría y la mas polémica es que la modelo era en realidad hija de Vermeer, llamada Floreke Rijeke, y que fue inmortalizada en el cuadro cuando tenía 19 años, pero que poco tiempo después fue asesinada por su padre, ya que se trataba de una hija ilegítima y para evitar que la infidelidad saliera a flote era mejor desaperecerla y decirle al mundo que en realidad la modelo era un tronie, un personaje inventado.

La realidad es que hasta el día de hoy la identidad de la modelo del famoso cuadro de Vermeer es un misterio, y probablemente como misterio permanecerá, sin embargo la imagen de la joven se ha convertido en los últimos años en una auténtica industria, ya que son muchos los productos que la utilizan como fuente inspiración, y es que resulta muy seductora la historia de una joven desconocida, protagonista de uno de los cuadros más famosos del mundo y que si bien en el siglo XVII no se le permitió decir quién era, hoy es tan famosa como cualquier influencer y se le conoce como La Joven de la Perla.