Si para esta Navidad está buscando un regalo distinto y diferente, o quiere darse un gusto que pocos pueden tener pues el futbolín de Play it Art fabricado en aluminio y cuero es una opción ideal siempre y cuando esté dispuesto a gastar 80,000 euros. ¿Le sobra un dinerito para comprarlo?
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¿Quién de chico y también de grande no ha jugado al futbolín y ha creado magistrales campeonatos de football en una mesa de madera donde los jugadores se convierten en auténticas estrellas? El más fanático se ha gastado un dinerillo comprando una de estas mesas, pero estamos hablando de montos muy razonables porque un futbolín no es un objeto de lujo, al menos eso creíamos hasta saber que la empresa belga Play it Art ha llevado al simple y sencillo futbolín a la categoría de objeto de arte.
¿De qué estamos hablando? Pues que esta empresa ha lanzado al mercado un futbolín diseñado por el escultor francés Stefane Cipre fabricado en aluminio y cuero. El futbolín tiene un peso de más de 100 kilos y lo curioso es que cada jugador lleva grabado el nombre de un crack del football; así encontramos a Sergio Ramos, Di Stefano, Cruyff, Maradona y Platini. Hasta ahí uno pensaría: qué original idea, yo quiero uno igual, pero cuando les contemos que cuesta 80,000 euros quizás ya no lo quieran tanto y salgan corriendo a comprar uno clásico de los de madera por $200 máximo.
¿Porqué cuesta tanto? El futbolín es parte de nuestra vida, nos trae recuerdos de infancia y amistades del ayer y también se convierte en el pretexto perfecto para tomarse unos tragos y pasar una tarde de película con los amigos. Y justamente en todo esto ha pensado la empresa Play it Art al lanzar esta versión de lujo de algo que es tan común y corriente como una mesa de billar o un trompo. Y es que ha quedado demostrado que de todos los productos siempre puede existir una versión "prime".
Se dice que el gallego Alejandro Finisterre (1919 - 2007) fue el inventor de este juego y que la idea apareció cuando se encontraba en un hospital recuperándose de unas heridas en Barcelona durante la Guerra Civil española. Qué mejor que pasar las tardes en el hospital que jugando con un futbolín. Lo que nunca imaginó Finisterre es que casi 100 años después de su invención una empresa llevara el futbolín a la categoría de objeto de colección y lo que es peor a un precio donde sólo un reducido grupo podría acceder; porque seamos sinceros ¿quien en su sano juicio decide gastar 80,000 euros en un futbolín? debe ser alguien que en principio le encanta, pero también que le sobra el dinero y en estas épocas pues de esos no abundan tanto.
Play it Art sabe que no son muchos los que lo comprarán y piensa producir como máximo 10 ejemplares. Si está interesado pues puede darse una vuelta como quién no quiere la cosa por la tienda la Maison Degand, uno de los templos del lujo en Bruselas donde entre camisas de 600 euros, zapatos que rara vez bajan de 1.000 euros y ternos que pueden costar lo mismo que un carro se encuentra el futbolín más caro del mundo.