El yoyo juguete milenario
Martes 6 de junio 2023
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En un mundo donde los juguetes son básicamente gadgets electrónicos, resulta extraño que hoy se hable del yo-yo, un objeto que para muchos niños de hoy resultaría particularmente extraño, pero que durante milenios sedujo a grandes y a chicos.
Hoy se celebra el Día Mundial del yo-yo, fecha que coincide con el nacimiento de Donald F. Duncan, a quién se le reconoce como el inventor; pero la realidad es que versiones del juguete pueden ser rastreados inclusive hasta la Grecia clásica.
Aquí un homenaje a un juguete que fue todo un símbolo durante el siglo XX, tan popular como hoy lo es el Play Station 5.
¿Quieres saber la historia del yo-yo? ¡Pues claro que sí! Prepárese para un viaje alucinante a través del tiempo mientras le contamos todo sobre este juguete tan genial. La historia del yo-yo se remonta a miles de años atrás, ¡sí, no estamos bromeando! Resulta que en la Grecia clásica ya se jugaba con un juguete parecido, aunque no exactamente igual al yo-yo que conocemos hoy en día. Los griegos le llamaron "quizquidón" y consistía en un disco de madera con una cuerda atada en el centro, lo lanzaban y lo volvían a enrollar.
Saltamos unos cuantos años y llegamos al siglo XVI en Filipinas. Aquí es donde encontramos la versión más parecida al yo-yo moderno. Las tribus tagalo oriundas de este país asiático, llamaban al yo-yo "bandalore" y lo usaban, para atrapar sus piezas de caza, pero también para jugar y divertirse. Su difusión en Europa se debió a los españoles, que de Filipinas lo llevaron al viejo continente.
En Europa durante el siglo XVIII, el yo-yo se extendió entre las clases aristocráticas y burguesas inglesas, siendo llamado entonces de varias maneras; pero se popularizó el término yo-yo que en tagalo significa "venir y volver", y que es que eso es justo lo que el juguete hace; va y viene.
Pero la revolución del yo-yo aún no había terminado. Para conocerla tenemos que viajar mentalmente a principios del siglo XX. Ahí es donde encontramos a Pedro Flores (1896-1963), un filipino que emigró a Estados Unidos. Pedro Flores comenzó a fabricar en Santa Barbara - California, yo-yos de manera artesanal y los empezó a vender como pan caliente. La gente enloqueció con estos juguetitos, pero la capacidad de producción de Flores era limitada.
Sin embargo, fue Donald F. Duncan (1892-1971) quien llevó el yo-yo a otro nivel. Duncan fue un empresario astuto que se dio cuenta del potencial del yo-yo fabricado por Flores, y es así que le compra la empresa por $750,000 una cantidad que era una auténtica fortuna en 1930 (Estados Unidos se encontraba en plena depresión), y crea la Duncan Toys Company. Duncan estaba convencido que la clave para el éxito del yo-yo estaba en fabricarlos en serie y es así que inventa una máquina para elaborarlos en grandes cantidades.Duncan empezó a vender yo-yos a lo loco. No había niño o joven en Norteamérica que no quisiera tener uno de estos juguetitos.
En tiempos más recientes apareció una marca de yo-yo que logró convertirse en la marca por excelencia, nos referimos al yo-yo Russell, inventado por Jesse Russell, natural de Oklahoma - Estados Unidos. Jesse Russell era un apasionado de los yo-yos desde muy joven. Estaba obsesionado con el diseño y la mecánica de estos juguetes, y pasaba horas experimentando y mejorando su diseño. Quería crear un yo-yo que fuera fácil de usar, duradero y con el que se pudieran realizar trucos impresionantes.
Después de muchos intentos y ajustes, Jesse finalmente logró crear el yo-yo Russell. Este yo-yo tenía algunas características únicas que lo diferenciaban de otros yo-yos en ese momento. Tenía un eje metálico que lo hacía más resistente y permitía un mayor tiempo de giro. Además, el yo-yo Russell tenía una forma especial en el cuerpo que facilitaba el agarre y el control.
Cuando Jesse Russell lanzó su yo-yo al mercado, se volvió un éxito instantáneo. La gente estaba fascinada con su diseño y su performance. El yo-yo Russell se convirtió en un fenómeno de moda y se vendieron millones de unidades en todo el país, principalmente después de la alianza que Russell hizo con la marca Coca-Cola durante la década de los setenta, y es que el yo-yo Russell y Coca-Cola se convirtieron e un auténtico matrimonio.
Una de las razones por las que el yo-yo Russell se hizo tan popular fue debido a las habilidades de Jesse Russell para promocionarlo. Viajó por todo el país realizando demostraciones y espectáculos de trucos con su yo-yo. Sus actuaciones eran impresionantes y dejaban a la audiencia asombrada. Esto generó una gran demanda de yo-yos Russell y los convirtió en un artículo muy codiciado.
El éxito del yo-yo Russell no duró para siempre. A medida que avanzaba la década de 1970, la popularidad de los yo-yos comenzó a decaer. Otros juguetes y entretenimientos capturaron la atención del público infantil y el yo-yo Russell pasó a segundo plano.
A pesar de su declive en popularidad, el yo-yo Russell dejó un legado duradero en la historia de los yo-yos. Su diseño innovador y su influencia en la cultura convirtieron a este juguete en el símbolo de toda una época.
Hoy en día, aunque el yo-yo y en especial el Russell ya no son comunes, aún se pueden encontrar algunos como raras piezas de colección. Su historia nos recuerda la importancia de la creatividad y la pasión por la invención de juguetes que pueden capturar la imaginación de las personas.
Sea el yo-yo de Duncan o el Russell, será recordado por haber sido una fuente de simple y sana diversión. ¿Quién hubiera pensado que un simple disco de madera con una cuerda se convertiría en algo tan icónico? Feliz día al yo-yo.