Fred Perry fue una marca muy popular durante los turbulentos año sesenta y fue un símbolo para las subculturas del Londres de esa época. Luego de varios años de éxito, la marca pierde vigencia a inicios de los noventa pero hoy vuelve con fuerza para intentar ganar espacio dentro de las marcas de lujo.
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Fred Perry (1909-1995); tenista consagrado, considerado como el número uno del mundo durante cinco años durante la década de los treinta, tres de ellos como amateur y otros dos como profesional y que además triunfó tres veces en el Abierto de los Estados Unidos, tres en el Campeonato de Wimbledon, uno en el Abierto de Australia y uno en el Torneo Roland Garros; es el nombre detrás de una marca que fue muy popular en los turbulentos años sesenta y que luego de ser el símbolo de los jóvenes de esa época, cayó en el olvido, pero hoy vuelve con fuerza con el objetivo de hacerse un espacio entre las marcas de lujo.
La historia de la marca inicia una vez que Fred Perry se retira del tennis. En 1941, conoció casualmente en Wimbledon al futbolista austríaco Tibby Wegner, exiliado en Londres debido a la Segunda Guerra Mundial, quien mostraba a los jugadores un peculiar invento: una muñequera para retirar el sudor de la frente. Al cabo de los años, ambos se asociaron y fundaron la marca Fred Perry, que comenzó vendiendo este artículo. Al poco tiempo lanzaron al mercado los polos en tela piqué, su producto más vendido desde entonces.
Fred Perry no quería que su marca fuera una para personas de recursos, es más su deseo era ser la marca preferida de la clase trabajadora; inclusive cuenta la leyenda que los Mods, un movimiento juvenil en la Inglaterra de inicios de los sesenta con un look muy particular; ropa ceñida, trajes a medida, amantes del jazz y las discotecas, fueron los que influenciaron a Fred Perry para lanzar el polo de piqué en varios colores. Ellos popularizaron la marca y el logo de la corona de laureles se convirtió en el símbolo de todo un grupo y una época.
A finales de esa misma década, Fred Perry se vuelve realmente una marca de presencia global, fabricando prendas con una excesiva atención por él detalle, de alta calidad, clásicas y con mucho estilo.
A finales de los ochenta y principio de los noventa la marca fue muy popular entre los neonazis y "skinheads" que la adoptaron como una especie de código; y este hecho causó una reacción negativa de los consumidores y la marca cayó en el olvido.
Fred Perry murió en 1995 y la marca fue adquirida por la empresa japonesa Hit Union; durante unos años la marca cayó en el olvido, e inclusive estuvo a punto de desaparecer, pero hace unos años la marca ha regresado y está dispuesta a cautivar no sólo a ciertas minorías, sino a un público más amplio.
Hoy la marca vive su mejor momento, pero a diferencia del segmento al que estaba dirigida cuando fue creada, aprovecha su historia para ubicarse en la categoría de marca de lujo. Fred Perry decidió volver con fuerza y sus mejores argumentos son la tradición de la marca, pero también esa capacidad de ser adoptada por diferentes grupos sociales, la única diferencia es que hoy estos grupos deben tener billetera gorda porque el clásico polo de piqué con el bordado de laureles para que tengan una idea puede costar $100 dólares; pero la calidad y el diseño son espectaculares.