Un espectacular nacimiento andino, con un cóndor, auquénidos, campesinos y un puente de piedra adorna desde el pasado jueves 9 de diciembre la plaza de San Pedro en el Vaticano. Y es que este año el nacimiento que con el cuál se conmemora la Navidad en el centro mundial del catolicismo llegó del Perú en un trabajo que resume las tradiciones y cultura de los pueblos originarios peruanos.  

 

El nacimiento fue elaborado por la comunidad indígena de Chopcca, un muy pequeño pueblo en el departamento de Huancavelica, que se encuentra a casi 4,000 m2 de altitud y donde se habla principalmente el quechua.

Jorge Eduardo Román Morey, embajador del Perú ante la Santa Sede comentó el día en que se desveló el pesebre: “Hemos traído todo el arte de la comunidad indígena del pueblo de Chopcca, patrimonio cultural de Perú, y se trata de una tradicional Navidad andina. Los Reyes Magos en vez de traer oro, incienso y mirra, le traen al Niño Jesús alimentos propios de la zona, como papas, quinua y kiwicha que en vez de ser transportados por camellos lo hacen en vicuñas, llamas y alpacas”.

 

El pesebre es un fiel reflejo de la iconografía andina, y una muestra viva de la riqueza de la cultura de los pueblos originarios del Perú, representada en cada una de las piezas que componen el pesebre, pero también una manera de reafirmar identidad y siglos de tradición.

Para su creación participaron cinco artesanos expertos en imaginaría huancavelicana y las 30 piezas que lo componen fueron hechas en fibra de vidrio, maguey, yeso y lienzo encolado y destacan por la diversidad de sus colores. Las imágenes están situadas en un establo con características rústicas propias del campo, para que los que lo admiren puedan recrear en su mente la naturaleza y arquitectura de los pequeños pueblos de los Andes peruanos.Cada uno de los personajes que componen este pesebre o nacimiento han sido elaborados en tamaño natural y vestidos con trajes regionales y mantas tejidas en colores multicolores.

 

Finalmente, la decoración de este pesebre peruano no estaría completo sin la presencia del Angelito Chopcca, que al tocar su Wajrapuco –instrumento de viento elaborado con cuernos de vaca o toro que es típico de los Andes- anuncia la llegada del Niño Jesús.

Tener un nacimiento peruano en el corazón de la plaza de San Pedro ha sido la manera en la que el Vaticano decidió conmemorar los 200 años de la independencia del Perú e ilustrar la vida de los pueblos andinos profundamente católicos y que manifiestan a través de una gran diversidad de símbolos su fervor religioso.

 

Carlos Alberto Salcedo, obispo de la diócesis de Huancavelica manifestó estar sumamente complacido con el hecho que el pesebre de Navidad en el Vaticano sea originario del Perú y que es una manera de comunicar a través del arte el sentimiento de los pueblos andinos y lo que para ellos representan las festividades de diciembre. 

Manuel Breña uno de los artesanos responsable del pesebre viajó a Roma en representación del grupo que estuvo a cargo de la fabricación por varios meses y señaló que se sentía muy orgulloso de dar a conocer la hermosa textilería de Chopcca.

 

Además del nacimiento peruano el Vaticano instaló un hermoso árbol de Navidad de 28 metros de altura que llegó del norte de Italia y tiene más de 10,000 luces LED de bajo consumo por respeto al medio ambiente. Hoy en el plaza San Pedro el Perú tiene un lugar excepcional.