El irresistible olor a pan caliente
Nadie puede negar que el aroma del pan caliente recién horneado tiene la capacidad de hacernos sentir mejor. Y es que entrar a una panadería y sentir ese aroma es como si nos transportara inmediatamente a un lugar más feliz.
¿Qué poder tiene el aroma del pan horneado?
Con seguridad debes haber pasado no una sino varias veces delante de una panadería y al percibir el aroma de pan en el horno experimentar una sensación automática de bienestar. ¿Qué es lo que tiene el aroma a pan horneado que automáticamente nos transporta a un lugar feliz? es como si los problemas se detuvieran al sentir ese olor tan único y característico que solo el pan caliente a punto de salir del horno tiene.
Lo invitamos a realizar un ejercicio; vaya a cualquiera de las panaderías de su barrio a la hora en la que usted sabe se está horneando el pan; ingrese y observe las caras de las personas, no faltará alguna que diga "que bien huele" y es que el aroma a pan horneado parece ser irresistible y tiene el poder de evocar sin lugar a dudas recuerdos agradables. Muchos dicen que los transporta a la infancia y otros; que el olor los hace sentir inmediatamente mejor; pero lo que muchos ignoran es que la razón de ese bienestar es más debido a una reacción psicológica que por la combinación química de ingredientes que generan el olor.
Los seres humanos percibimos cinco sabores que hemos catalogado muy bien: dulce, amargo, salado, agrio y umami. Pero somos receptores de una infinidad de olores a los cuales nos es extremadamente difícil encontrarles una descripción o un adjetivo siquiera.
El olfato, a diferencia de algunos de los otros sentidos, no se procesa conscientemente. La información va derechito a nuestros centros de emoción y memoria. Lo más seguro es que al detectar ese aroma en la calle lo reconozcas como pan recién horneado porque te recuerda al pan de la panadería cerca de tu casa, a donde te mandaban a comprar para el desayuno del domingo o el lonche de las tardes; o al pan de plátano que tu madre solía preparar durante esas tardes frías de invierno.
Dicen los expertos que el olor del pan recién horneado es mucho más poderoso que los mismos ingredientes, y se lleva de encuentro como dicen popularmente a la textura, lo crujiente de la corteza, o lo esponjoso de la miga; y es que comer un pedazo de pan recién salido del horno sin importar si es fabricado en una afamada "patisserie" parisina o en una muy sencilla panadería de barrio crea la misma experiencia; se crea en el cerebro de quien lo hace un lugar especial de confort y bienestar; un mundo privado en donde sólo hay espacio para la persona, el pan y por ejemplo un cafecito caliente; es un lugar único e individual.
Sin importar cual sea el tipo de pan que más le gusta y que su favorito sea por ejemplo el croissant, el francés o el baguette; tan sólo sentir el aroma proveniente de un horno caliente inmediatamente nos hace sentir emociones diversas, ya que más allá de los procesos químicos que hacen que el pan caliente despida ese olor tan característico, su poder en nuestra mente es impresionante.
Hace unos años se hizo un estudio en Francia respecto del aroma del pan y se descubrió que las personas a las que se les expone a este olor inmediatamente se sienten mejores seres humanos y su capacidad de empatía; es decir ponerse en los zapatos de los otros aumenta considerablemente.
No es hoy un secreto que en muchos lugares se utiliza adrede el olor a pan recién horneado para incentivar a las personas a comprar más y es que nadie puede negar que ese olor tiene la capacidad de hacernos olvidar todos los problemas.