Mientras la pandemia, la segunda ola, la tercera, el calentamiento global, el cambio climático, la explosión demográfica y las diferentes crisis políticas, sociales y políticas le quitan el sueño a millones de personas alrededor del planeta, hay un grupo de empresarios y emprendedores que ven en el espacio exterior el nuevo lugar para hacer negocios. Parece que son muchas las empresas que están dispuestas apostar millones de dólares en negocios literalmente fuera de este mundo.
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Tengo que confesar que durante muchos años en mi vida disfruté de una rutina que se convirtió en uno de esos placeres individuales que no estás dispuesto a compartir con nadie, y consistía en salir muy temprano de la casa el domingo, comprar pan caliente y tres o cuatro de los principales periódicos; luego preparar café y sentarme una hora u hora y media a leer con detalle lo que en mi país y el mundo sucedía. Con el paso de los años, esta rutina se fue modificando, en principio porque el periódico dejó de ser lo que era antes y fue siendo reemplazado por el internet y las noticias en vez de tener un aire esperanzador se empezaron a volver espeluznantes y durante el último año ya insoportables: pandemia, crisis económica, inestabilidad política, segunda ola, vacunas que no llegan, camas UCI, respiradores. Llegó un punto en el que decidí ya no leer periódicos y evitar enterarme de lo que en el mundo sucedía, pero casi sin darme cuenta empecé a leer noticias de lo que en el espacio empezaba a suceder y poco a poco he empezado a concluir que el negocio estará como decían en Star Trek, en el espacio “la última frontera”.
Lo que hace veinte o treinta años parecía producto de películas de ciencia ficción hoy empieza a ser una realidad, y de la noche a la mañana la NASA dejó de ser la única en planear y realizar viajes al espacio, y nombres ligados al mundo de los negocios empezaron a ser relacionados con viajes a Marte, o turismo espacial, y es que los empresarios están mirando las estrellas no solo para soñar sino para hacer negocios.
Hace menos de un mes el mundo conmemoraba los 52 años del alunizaje del Apolo 11 en la luna y curiosamente este acontecimiento coincidió con un salto exponencial para los nuevos empresarios del espacio. Jeff Bezos-1964 y Richard Branson-1950 demostraron que el espacio también es seguro para los mortales comunes y no hay que ser astronautas experimentados para darse una vuelta por la estratosfera y ver la tierra desde el exterior, lo cual de alguna manera puede resultar terapeutico ya que con todos los problemas que vive nuestra querida tierra, puede resultar agradable salir de ella aunque sea unos minutos y darle perspectiva a la real dimensión de las cosas que nos preocupan, que comparadas con el infinito tamaño del universo son como comparar a un tiranosaurio rex con una pulga.
Esta posibilidad de evasión temporal pronto estará a disposición de cualquiera que la pueda pagar y Blue Origin propiedad de Jeff Bezos y Virgin Galactic de Richard Branson estarán listos para llevarte como dice Buzz Lightyear “al infinito y más allá”.
Pero más interesante que el viaje espacial de tipo turístico resulta un hecho que para muchos quizás haya pasado desparcibido, el espacio exterior ha dejado de ser propiedad exclusiva de los grandes gobiernos para hoy también ser “terreno” de las grandes empresas tecnológicas: de modo que las mismas empresas que en su momento nos vendieron el internet, las compras online y todos los gadgets que hoy nos encantan, hoy nos venderán el espacio, la luna, marte y quien sabe que más.
Jeff Bezos fundador de Amazon y su principal accionista declaró hace unos días en una conferencia de prensa que después del vuelo de Blue Origin el martes 20 de julio estaba lista para atender clientes, no hay fecha todavía para el primer vuelo, pero ya se han pre vendido más de 100 millones de dólares, pero aun no se conoce el valor de un vuelo individual y lo más curioso es que la pre venta se generó inclusive mucho antes del primer vuelo, y es que un viaje de este tipo es aparentemente el deseo de muchos.
El viaje del Blue Origin fue tan exitoso, que su principal rival Space X, propiedad de Elon Musk-1971 se sintió obligado a felicitar a Bezos, al cual en ocasiones había criticado ácidamente. Branson de Virgin Galactic -que realizó su primer vuelo el 11 de julio, días antes del vuelo de Bezos- también llamó a felicitar al magnate de Amazon y no podía ser de otra manera, ya que en el primer vuelo de Virgin Galactic, Bezos viajó hasta el Spaceport America en Nuevo Mexico.
Y es que en menos de un mes dos empresas han realizado vuelos de prueba y otras tantas se preparan para realizar lo mismo, abriendo un abánico de nuevos negocios.
Es curioso como la historia se repite: durante años el internet era territorio exclusivo de los gobiernos y tenía como objetivo la comunicación entre algunas personas, pero a mediados de la década de los noventa el internet empezó a ser parte del dominio público y las empresas privadas lo empezaron a comercializar; el resultado pues ustedes lo saben, el internet es hoy tan común como el agua corriente en nuestras casas y una buena parte de la humanidad navega con destreza por la red en donde se han generado un universo inmenso de nuevos y exitosos negocios, pues aparentemente lo mismo está sucediendo pero esta vez en el espacio.
En 1969, la llegada del hombre a la luna se financió con recursos del gobierno norteamericano, ahora se habla de un nuevo viaje tripulado, y esta vez será financiado con recursos privados, esto quiere decir que la empresa privada empezará a poner sus banderas en el espacio exterior.
Lo que si es importante aclarar, es que los exitosos viajes espaciales menores que hemos visto el pasado mes, no se gestaron hace pocos años, sino que se remontan a 1996 cuando
cuando la organización sin fines de lucro X Prize anunció un concurso con un premio de 10 millones de dólares para la primera organización no gubernamental que construyera una nave espacial reutilizable que pudiera llevar a alguien a una altitud de 100 kilómetros, o 62,5 millas, y que lo lograra en menos de dos semanas.
El diseño ganador en 2004 resultó ser Space Ship One en un esfuerzo dirigido por Burt Rutan, un ingeniero aeroespacial que diseñó el avión Voyager que voló alrededor del mundo sin detenerse ni repostar. Fue financiado por Paul Allen, cofundador de Microsoft que murió en 2018.
Este concurso también despertó el interés del millonario de Richard Branson; el cual hace más de veinte años y adelantándose al futuro registro la marca “Virgin Galactic Airways”, lo que en esa época parecía una más de las locuras de este excéntrico millonario, pero hoy podemos ver que de locura nada tenía.
Hoy son muchas las empresas que se están creando para realizar la comercialización del espacio y ya se encuentran construyendo de todo, desde tecnología de lanzamiento, hasta satélites pequeños no tripulados, ya que las necesidades para una industria de este tipo son gigantescas.
Se han invertido 7000 millones de dólares en la financiación de nuevas empresas espaciales en 2020, el doble de la cantidad de los dos años previos, según Bryce Tech, una firma de análisis espacial. Resulta particularmente curioso y hasta terrorífico saber que se gasta tanta dinero en esta industria, da la sensación que los seres humanos están desesperados por tener mecanismos para abandonar la tierra; ¿será que saben algo que nosotros no sabemos?
La realidad es que lo que estas nuevas empresas están haciendo es lo que Jeff Bezos y Elon Musk hicieron hace veinte años, invertir en negocios que recien empezaban y que hoy son parte de nuestra vida diaria, pues parece que con el espacio en veinte años sucederá lo mismo, y se generarán miles de negocios colaterales para atender la demanda de todo lo que un viaje al espacio puede generar.
Pero los primeros viajes de Branson y Bezos no solo han tenido aplausos, han generado muchas críticas ¿podía ser de otra manera?, el Twitter tuvo encarnecidas polémicas atacando a los millonarios por no apoyar con los problemas de la tierra y vivir pensando permanente en acumular mas y mas, frente a lo que Bezos en una conferencia de prensa señaló: “estamos de acuerdo con las críticas y creemos que de alguna manera tienen razón, tenemos que hacer ambas cosas, tenemos muchos problemas aquí y ahora y tenemos que hallarles solución, pero además, tenemos que ver hacia el futuro” y vaya que mirar hacia el futuro ha sido su preocupación, muchos no lo saben pero cuando Bezos se graduó de la preparatoria y tuvo el encargo de dar el discurso, en el Miami Palmetto Senior High School en 1982, habló de la importancia de crear colonias que floten en el espacio donde puedan vivir millones de personas y convertir la tierra en un un enorme parque nacional”.
Lo curioso es que Bezos ha vuelto a repetir lo mismo y lo que en 1982 pudo parecer el sueño de un adolescente afectado por las películas de ciencia ficción hoy es una realidad que nadie podría objetar para bien o mal.
Lo cierto es que la conquista del espacio a nivel empresarial ya comenzó y será una fuente de nuevos e innovadores negocios, osea que ya lo sabe la próxima vez que miren al espacio, que no sea para solo mirar la estrellas, puede existir una oportunidad de volverse millonario.