Se encuentra en el wish list de millonarios y celebridades; desde el rapero Jay-Z-1969, hasta la socialité Kim Kardashian-1980, hoy el Crash de Cartier es un auténtico "objeto de deseo", debido a su particular diseño y porque resulta muy difícil encontrar alguno a la venta. 

 

La historia de como fue creado es tan extraña y apócrifa como su diseño asimétrico y deformado. Para descubrir sus orígenes tenemos que viajar mentalmente a Londres en 1967, que es cuando un cliente llegó a la tienda Cartier ubicada en Bond Street, con la finalidad de reparar un reloj dañado en un accidente automovilístico. El calor del choque había literalmente derretido el marco que alguna vez fue ovalado, para convertirlo en un reloj extraño, que Salvador Dalí (1904-1989), posiblemente hubiera sacado de alguna de sus surrealistas obras. 

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Jean-Jacques Cartier, bisnieto del fundador de la marca Louis-François Cartier (1819-1904), que coincidencialmente estaba en Londres, quedó tan seducido por la caprichosa forma, que decidió reproducirla; había nacido el Crash de Cartier, la palabra crash hace justamente referencia al choque automovilístico. 

Esta historia es más una leyenda que una realidad; y hay una versión más creíble que es la que cuenta Francesca Cartier Brickell (nieta de Jean-Jacques), en el libro del 2019 “The Cartiers”, en la que su abuelo y el diseñador Rupert Emmerson ajustaron el muy popular modelo Maxi Oval  para llegar a una versión diferente y personalizada, con una forma caprichosa totalmente inesperada.

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A pesar que la versión de Francesca es la más creíble y posiblemente la verdadera, al público le encanta la del accidente automovilístico, que ha contribuido a la fama de este hoy legendario reloj.

Inicialmente solo se fabricaron 12 relojes, ya que elaborar un reloj tan irregular era complicado y extremadamente laborioso, además que colocar los números y manecillas típicos de Cartier era realmente toda una proeza; y hacían que ver la hora fuera particularmente complicado. Si bien es cierto el diseño era genial, la función principal de un reloj “ver la hora” se hacia muy difícil; y había prácticamente que imaginar la hora.

 

Su lanzamiento olía más a fracaso que a éxito; inclusive el actor Stewart Granger (1913-1993), compró un Crash de ese primer lote y a la semana regresó a la tienda a devolverlo. El diseño era demasiado disruptivo para la época y el público le dio la espalda.

 

A pesar del rechazo, Jean-Jacques Cartier  sabía que había diseñado un reloj muy especial y sin ser el más vendido lo siguió fabricando en ediciones limitadas por unos años más.

Se calcula que el primer Crash se vendió en $1,000 unos $9,000 de hoy; que hoy para los precios de relojes de lujo que existen pues no es nada costoso, pero su escasez ha disparado el valor de reventa en mercados paralelos a las nubes; porque si en los sesenta el diseño era poco tradicional y muy moderno, hoy resulta absolutamente avant garde.

 

Para citar algunos ejemplo que lo dejarán realmente impresionados; en el 2021, un Crash de Cartier fabricado en 1970 se vendió por $900,000 a través de la casa de subastas Sotheby´s en Ginebra, estableciendo así un record para el modelo. Menos de un año después, una edición fabricada en  1967 volvió a batir el récord cuando se vendió por más de $1,65 millones de dólares a través del portal de subastas de relojes en línea Loupe This.

 

Evidentemente el hecho que fueron fabricadas muy pocas piezas a comparación de otros modelos de la marca hace que los precios sean tan elevados; además Cartier nunca ha declarado cuantos fueron fabricados, de modo que cuando aparece uno, es como si apareciera un violín Stradivarius. Los expertos señalan que no deben existir más de 500 unidades en el mundo, lo cual es una cantidad muy pero muy pequeña.

Después del primer lanzamiento, Cartier fabricó algunos en oro blanco, oro rosa y platino, y en 1991 la marca lanzó una edición limitada fabricada en Francia, que no tiene la fama y el prestigio de los primeros lotes fabricados en Londres, que son los que tiene esa aura de misterio y sofisticación.  

 

En el 2018, y a pedido de los clientes, Cartier puso a disposición dos nuevos modelos de Crash en su tienda de Bond Street: uno de oro amarillo de 18 quilates y el otro de oro blanco con incrustaciones de diamantes. Tenían un precio entre $30.000 dólares y $72.000 dólares, y fueron adquiridos por los clientes más prime de la joyería. 

La, historia, rareza y escasez no pueden explicar el inverosímil incremento de los precios, los expertos señalan que esta fiebre por el Crash surgió cuando se vio en el 2018 al rapero Kanye West-1977 en el show de David Letterman-1947, utilizando un reloj de este tipo. Esto popularizó el modelo de Cartier, dentro de un grupo generacional que no lo tenía en el radar, y por su peculiar diseño empezó a ser buscado en mercados paralelos. Poco tiempo después se vio a la estrella de "Schitt's Creek", Dan Levy-1983, usó uno para la Met Gala del 2021.

 

El diseño sencillo, minimalista y a la vez surrealista causó sensación en contraposición con los recargados relojes de brillantes que las celebridades normalmente utilizan. El Crash representa el gusto por lo diferente, donde se privilegia la sencillez por encima de lo ostentoso y llamativo; además de tener una historia que seduce y causa adicción.