El conejo es uno de los símbolos de Pascua y el de chocolate la manera perfecta de disfrutarla; y si existe un conejo de chocolate símbolo pues definitivamente es el de Lindt, que ha convertido a su “gold bunny” en toda una tradición durante estas fiestas; y es que con casi 70 años de existencia es de lejos el conejo más famoso de Pascua. Conozca la historia.
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Desde antes de Cristo, el conejo era considerado un símbolo de fertilidad y estaba asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además en esta cultura estaba dedicado el mes de abril; inclusive el vocablo inglés “easter” se deriva del nombre de la diosa; pero la asociación directa con la Pascua se remonta a 1682 cuando en la obra de Georg Franck von Frankenau (1643-1704) “Acerca de los huevos de Pascua” se menciona al conejo como el personaje que trae a los niños el domingo de Pascua canastas llenas de huevos de colores; y es así como esta historia se populariza en el mundo entero y ya nadie cuestiona el papel principal del conejo en estas fiestas.
Como es de suponer son muchas las marcas que han aprovechado la historia del conejo de Pascua para hacer algún dinerillo y en estas épocas se pueden encontrar miles de objetos que representan a este tierno animalito, desde accesorios de cocina, hasta vajillas, pasando por adornos y mantelería.
Los chocolateros también han aprovechado para crear dulces conejitos de todos los tamaños y precios, pero sin lugar a dudas es el “Golden Bunny” de Lindt el conejo de chocolate estrella en el mundo.
La historia de como Lindt empieza a preparar este dulce y dorado conejito la tenemos que buscar en 1951, cuando durante el “brunch” de Pascua en casa de Rodolph Lindt maestros chocolatero y uno de los dueños de la marca, una de sus hijas vio en el jardín a un conejo silvestre, emocionada al ver al animalito le preguntó a su padre si podía salir a jugar con él, pero ni bien la niña puso un pie en el jardín el conejo huyó despavorido como si hubiera visto a la mísmisima Elmira de los Tiny Toons.
La niña al ver desaparecer al conejo pensó que ella le había infundido miedo al animal (como realmente fue) y estuvo triste varios días; su padre no quería verla así y decidió fabricarle un pequeño conejito de chocolate para que siempre tuviera un amigo a quien recurrir; había nacido el “Golden Bunny” de Lindt.
Para 1952 el "Golden Bunny" ya era un producto oficial de la marca, gracias a las mezcladoras de Lindt que lograban darle al chocolate la textura necesaria para poder ser moldeada en cualquier forma; así se logró un conejito en posición agazapada que fue envuelto en papel metálico dorado y al que se le colocó un pequeño listón rojo y un cascabel. El conejo se convirtió inmediatamente en un favorito de los niños en Alemania, pero tuvieron que pasar varios años antes que el “Golden Bunny” se volviera mundialmente popular.
Fue recién en 1994 cuando el conejito dio su primer gran salto y empezó a venderse en Suiza y en Austria, cautivando la atención de niños y grandes por su sabor y ese aspecto tierno del empaque. Para 1996 todo estaba listo para que hiciera el gran viaje y cruzara el Atlántico llegando a Estados Unidos; sucedió lo evidente, al pisar suelo norteamericano las ventas se dispararon al punto que Lindt tenía que tomar pedidos con casi un año de anticipación para poder surtir la demanda. Estados Unidos popularizó al “Golden Bunny” que hoy se vende en el mundo entero, inclusive en países que no celebran la Pascua, que lo ven como una deliciosa curiosidad.
Cada año se venden en todo el planeta alrededor de 150 millones de conejos dorados en 50 países, al punto que si se pusieran todos en fila cubrirían la distancia entre San Diego-California y los cuarteles de Lindt en Kilchberg-Suiza; 9,800 kilómetros de conejos dorados.