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Ayer se celebró el Día Internacional del Chocolate y esta fecha tiene como finalidad rendirle homenaje según nuestra humilde opinión a el rey de todos los dulces; y es que nada supera el sabor pero principalmente la sensación de disfrutar de un pedazo de chocolate.

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Se decidió que el día del chocolate fuera el 13 de septiembre y si bien es cierto hay otras fechas en las que este manjar es celebrado; la de septiembre es la principal; y esto por una razón: el 13 de septiembre es el día del nacimiento de dos hombres que contribuyeron, en distintas épocas y cada uno a su modo, a la difusión de esta delicia.

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Uno de ellos es Milton Hershey (1857-1945); el estadounidense fundador de The Hershey Chocolate Company, al que se le debe el hecho de haber iniciado la producción del chocolate a gran escala y a valores accesibles para todo público. 

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El segundo es el escritor británico Roald Dahl (1916-1990); autor de nada más y nada menos que de la novela Charlie y la Fábrica de Chocolates, escrito en 1964, que ha sido llevada en dos oportunidades a la pantalla grande; primero en 1971 y dirigida por Mel Stuart (1925-2012) y protagonizada por Gene Wilder (1933-2016) en el papel de Willy Wonka y en épocas más recientes, la película del mismo nombre del año 2005, dirigida por Tim Burton (1958)  y protagonizada por Johnny Deep (1963). Tanto Milton Hershey como Roald Dahl nacieron el 13 de septiembre.

Así pues resulta perfecta la fecha, para rendirle un homenaje al chocolate a la vez que se conmemora el nacimiento de dos personas que han hecho que este producto; el primero en la realidad y el segundo en la ficción, sea un referente de muchas cosas; ya que el chocolate no es sólo un alimento; es un viaje a los sentidos.

 

Como todo en la vida este viaje en el mundo del chocolate puede hacerse de una manera muy económica y no por eso menos satisfactoria, con las miles de opciones de chocolates a precios accesibles a todos los bolsillos; y es que una barra de chocolate de buena calidad se puede adquirir desde unos cuantos dólares y así son muchas las marcas que se disputan un lugar en esta categoría: Hershey´s, Lindt, Mars, Toblerone, Cadbury y nos podríamos extender por horas. Todas estas archiconocidas marcas ofrecen deliciosas opciones a precios muy razonables y nos hacen el viaje por el mundo del chocolate muy pero muy agradable.

 

Pero también están las otras; aquellas marcas que han llevado a este producto a los niveles de auténticas joyas; así tenemos por ejemplo a Vosges Haut Chocolat con atrevidos sabores, donde los precios arrancan en $90, o a Amedei Porcelana donde cada barra de chocolate se fabrica con el más fino cacao venezolano , o la muy exclusiva  The House of Grauer, donde los precios de sus chocolates empiezan en $200; con 14 sabores que resultan realmente una fiesta a los sentidos.

Entre las marcas de alta gama hay una que es realmente la “joya de la corona” y está reservada para un muy pequeño grupo que está dispuesto a pagar nada más y nada menos que  $2600 por una de sus creaciones; nos referimos a los elaboradores por el chocolatero danés Fritz Knipschildt (1976); quien ostenta el récord Guinnes al chocolate más caro del mundo. 

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Esta sofisticada creación del arte chocolatero se denomina, La Madeline au Truffle que no es otra cosa que una  trufa francesa de Perigord,  envuelta en una capa de chocolate negro,   71% de cacao ecuatoriano que a su vez se mezcla con crema fresca que, previamente, ha sido infusionada con  vainas de vainilla y  aceite de trufa puro de origen italiano. 

Para muchos  La Madeline au Truffle,  es toda una exageración pero para los amantes del chocolate es pura perfección. Oprah Winfrey (1954); es una de las devotas de esta creación y fue la que apodó a su autor como el  "Willy Wonka de Connecticut". 

 

El precio de cada una de estas trufas es de $260  ($2600  por medio kilo aproximadamente) pero, su creador asegura que "lo que realmente hace que la trufa Madeline sea tan exquisita es el tiempo y la energía empleados en cada una de ellas. La ganache, por ejemplo, debe ser azotada repetidamente hasta conseguir una textura lo más suave y sedosa posible y después dejarla enfriar. "Es un proceso largo y penoso - explica Knipschildt - y cuando eres consciente de cuánto trabajo lleva, te das cuenta de que vale la pena cada céntimo". Dado que los chocolates son un producto fresco, las trufas se elaboran siempre bajo pedido, y en un plazo de 14 días desde la fecha de la orden. Su vida útil es de 7 día

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Pero al final poco importa el presupuesto que usted tenga para deleitarse con un chocolate; y si gasta $5 o $50; lo importante es que disfrute de este manjar y cada vez que lo consuma celebre este producto tan especial que parece haber sido hecho por los dioses.