Curiosidades de Los Diez Mandamientos
7 de abril 2023
3 minutos
Para muchos es un clásico, para otros un bodrio, lo cierto es que “Los Diez Mandamientos” es una película que marcó un antes y después en la historia del cine. Realizada en 1956 y con una duración de tres horas y 40 minutos, es una de las más largas de todos los tiempos. Durante la Semana Santa es muy común que la encuentres en algún canal de televisión abierta, o en las plataformas de streaming. Si planeas verla en esta Semana Santa, pues hay detalles que con seguridad ignoras de este gran largometraje, y que con seguridad te dejarán con ganas de verla una vez más, no importa si ya la viste diez veces, o como en mi caso unas veinte. Aquí la historia:
La Semana Santa es para muchos tiempo de recogimiento, pero también una oportunidad única para los aficionados a las películas bíblicas, ya que desde el jueves santo se inicia un maratón televisivo de varios clásicos, donde sin lugar a dudas el preferido es “Los Diez Mandamientos”, película de 1956, dirigida por Cecil B. DeMille (1881-1959), y estelarizada por Charlton Heston (1923-2008) en el papel de Moisés y Yul Brynner (1920-1985) como el faraón Ramses.
La película se volvió -desde su lanzamiento- todo un fenómeno, eran millones los que se agolpaban en las puertas de los cines para ver a Moisés separar las aguas del mar Rojo. Fue nominada en 1957 a siete premios Oscar, ganando solo uno: el Oscar por efectos especiales. Pero acá no vamos a hablar de la película, -conocida por todos-, sino de los detalles que muchos ignoran y que sucedieron durante la filmación. El lado oculto detrás de una de las películas que hoy forma parte de la cultura popular del siglo XX y un clásico de esos que definen la Semana Santa.
Para empezar la película es un remake de la versión muda realizada en 1923. Los decorados de la ciudad que Moisés regala al faraón Seti en la versión de 1956, son los mismos que se usaron en la primera película.
Los sets de filmación de la película, siguen siendo considerados como de los más impresionantes de la historia del cine, estaban ubicados en las dunas Guadalupe-Nipomo, un espacio hoy protegido, que parece un pequeño pedazo del Egipto antiguo, y donde se filmaron las escenas del Éxodo.
Cecil B. DeMille transportó en avión a cientos de judíos ortodoxos desde Nueva York, porque creía parecerían israelitas más "auténticos". En su primer día en el set, los extras se vieron obligados a ayunar porque el catering contratado sirvió jamón para la cena.
De Mille mantuvo un diario secreto nunca antes visto del casting realizado para los roles principales. Probó a Audrey Hepburn (1929-1993) para el papel de Nefertiti ("No es bonita, pero tiene una personalidad muy tierna", escribió De Mille en su diario"). De Mille encontró que Hepburn era poco voluptuosa para el rol y el papel fue para Anne Baxter (1923-1985). El análisis que De Mille hizo sobre Charlton Heston fue especialmente duro: "Tiene un look siniestro, no es atractivo, debo averiguar si tiene sentido del humor porque lo que he visto es muy severo”, escribió en su diario, pero finalmente le dio el rol protagónico.
El personaje de Moisés recién nacido, el niño que es salvado de las aguas, fue interpretado por el hijo de Charlton Heston, Fraser Clarke Heston-1955, que por la época de la filmación tenía solo tres meses.
20,000 extras fueron contratados para todas las escenas de la película, y es que era una época donde los efectos especiales no tenían la capacidad de crear multitudes de esclavos construyendo fabulosos monumentos, y la única manera de recrearlo era con personas de verdad.
Algunas escenas fueron filmadas en Egipto, específicamente, en la península del Sinaí, pero solo el cinco por ciento de la película fue grabado en dicho país. El rodaje en Egipto fue particularmente arduo, especialmente para De Mille; sufrió un infarto y tuvo que llegar a la tierra de los faraones una de sus hijas para hacerle compañía. Cecilia De Mille no solo se dedicó a cuidar a su padre, sino que se enredó en una relación amorosa con el chofer de Yul Brynner, noticia que llegó a los titulares de la revista TIME.
La túnica de Charlton Heston tenía un color que contrastaba con los tonos del desierto. Fue diseñada en color vino tinto quemado con rayas verticales de color canela, blanco y marrón. De Mille eligió el color porque sabía que los colores oscuros evitarían que los actores se mezclaran con el fondo arenoso.
Las tablas con los mandamientos fueron hechas con piedra tomada del Sinaí y su tamaño es el que está establecido en el Midrash Rabbah (la compilación de interpretaciones de la Torá que comprende el periodo del siglo IV al XIII). En una escena, un personaje porta un reloj de pulsera lo que provocó retirar todas las copias y volverla a rodar.
La icónica escena en la que se parte el mar Rojo en dos, tardó seis meses en filmarse y para conseguirla se utilizó un gran canal de aguas laterales de los estudios Paramount. Además, la toma fue hecha en reversa. Para la época resultó impresionante en la pantalla grande, las personas quedaban literalmente con la boca abierta, y por eso la película ganó en 1957 un Oscar por efectos especiales.
Los decorados de la ciudad de Egipto utilizados en la filmación eran tan grandes y monumentales que cubrían una superficie de 12 kilómetros cuadrados, luego de la filmación en vez de demolerlos el desierto los cubrió. Existe una iniciativa para excabar en la zona y sacarlos nuevamente a la luz.
Pese a contar con un presupuesto de casi 14 millones de dólares, mucho del vestuario fue reutilizado del rodaje de la película “Sinuhé, el egipcio”, cinta de Michael Curtiz (1886-1962) de 1954.
De Mille presentó tres de las siete plagas con gran realismo: convirtió el agua en sangre, llovió granizo y mató a los primogénitos. Para la sangre, usó agua teñida, para el granizo, las bolas de naftalina se consideraban demasiado frágiles, por lo que optó por palomitas de maíz. La décima plaga a menudo se representaba con un ángel y un cuchillo ensangrentado, pero De Mille consideró que la imagen no era lo suficientemente aterradora, eligió una niebla verde que descendió del cielo y se filtraba por las casas.
De Mille usó también la película para difundir un mensaje anticomunista. En una escena que hoy se ha retirado de la versión televisiva, una vez que se abre el telón aparecía en la pantalla una frase que decía “¿los hombres deben ser gobernados por la ley de Dios o deben ser gobernados por los caprichos de un dictador como Ramsés?, ¿Son los hombres propiedad del estado o son almas libres bajo Dios?". En medio de la Guerra Fría, el mensaje de De Mille fue claro: Moisés representaba a los Estados Unidos y el faraón a la Unión Soviética. Para recalcar su punto, De Mille le dio los roles de israelitas a actores de origen norteamericano y muchos de los actores que caracterizaban a los egipcios eran de origen europeo. Yul Brynner que caracterizó a Ramses había nacido en Vladivostok, Rusia.
Como parte de su plan para difundir la película, De Mille convenció a la Paramount de elaborar monolitos de granito de Los Diez Mandamientos para colocarlos en las plazas públicas de todo el país. Se fabricaron más de 4.000. Uno de estos monumentos, en Austin - Texas, fue la base de una decisión de la Corte Suprema en 2005 que permitió la exhibición de imágenes de los Diez Mandamientos en propiedad pública si tenían un propósito secular. Un truco publicitario de 1956 fue la inspiración de una ley estadounidense.
Muchos críticos odiaron la película, cuya première ocurrió el 8 de noviembre de 1956. Inmediatamente después del estreno se le puso un sobrenombre "Sexodus", o también "Tontería Épica". The New Republic la consideró "más larga que los cuarenta años en el desierto". Pero al público le encantó. La película ganó $ 34 millones en su primer año, solo superada por Ben Hur - 1959 durante la década. Para 1959, había sido vista por 98,5 millones de personas. Hoy, la recaudación ajustada a la inflación ocupa el quinto lugar de todos los tiempos, detrás de Lo que el viento se llevó-1939, Star Wars-1977 y The Sound of Music-1965. ¿Se anima y la ve una vez más?
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